Reflexiones Jorge Bucay

lunes, 5 de enero de 2009

Feliz Año Nuevo

Quizás de lo mismo si se trata de un año nuevo... o de un nuevo grupo de pertenencia,
...de un nuevo lugar donde vivir, ...de un nuevo amigo, ...o de una nueva pareja.
Nada puede ser realmente nuevo si uno lo vive desde viejas actitudes.

Por eso te deseo y me deseo...
Que no se nos vaya nuestro tiempo de vida en asuntos que realmente no valgan la pena.
Nadie vino a este mundo… a encerrarse en un lugar seguro… a lograr la aprobación de los demás, …a “matar el tiempo”.
El tiempo es algo precioso, un recurso no renovable.

Que miremos hacia atrás sólo para cerrar los asuntos pendientes.
Es el único modo en que el pasado puede realmente pasar: ...decir lo largamente callado, ...hacerse cargo de los errores …y pedir disculpas, …y reconocer lo recibido …y dar las gracias, …comprender lo no comprendido, …dejar ir lo que ya no es.
Cerrar lo inconcluso es comenzar a hacer espacio para lo Nuevo.
Que sepamos pedir ayuda cuando la necesitemos, para volver a pararnos sobre nuestros propios pies.
Dejarse ayudar es un buen antídoto para la omnipotencia o la necedad.
Que sepamos ayudar a quien lo necesite... sin perdernos en el otro, …sin invadir ni manipular
sin generar dependencia, …sin forcejear para que nadie cambie lo que no está dispuesto a cambiar.
Ayudar requiere el ejercicio de una solidaridad inteligente, consciente de sus trampas y de sus límites. Que permanezcamos abiertos a encontrar verdaderos compañeros de Camino, afines a nuestra más íntima esencia.
Vivir vivo es poco frecuente entre los humanos. Lo logran quienes trabajan para abrir su sensibilidad y su conciencia.
Que seamos parte de aquellos que, más que un “Año Nuevo”, celebrar cada día un Día Nuevo, intensamente vivos.
Te deseo que pases una Feliz Navidad y que el año 2009 este lleno de muchas bendiciones para ti y todos los tuyos.
Enviado por Luz del Carmen

domingo, 4 de enero de 2009

No te detengas

No dejes que termine el día sin haber crecido un poco,
sin haber sido feliz, sin haber aumentado tus sueños.
No te dejes vencer por el desaliento.
No permitas que nadie te quite el derecho a expresarte,
que es casi un deber.
No abandones las ansias de hacer de tu vida algo extraordinario.
No dejes de creer que las palabras y las poesías
sí pueden cambiar el mundo.
Pase lo que pase nuestra esencia está intacta.
Somos seres llenos de pasión.
La vida es desierto y oasis.
Nos derriba, nos lastima,
nos enseña,
nos convierte en protagonistas
de nuestra propia historia.
Aunque el viento sople en contra,
la poderosa obra continúa:
Tu puedes aportar una estrofa.
No dejes nunca de soñar,
porque en sueños es libre el hombre.
No caigas en el peor de los errores:
el silencio.
La mayoría vive en un silencio espantoso.
No te resignes.
Huye.
"Emito mis alaridos por los techos de este mundo",
dice el poeta.
Valora la belleza de las cosas simples.
Se puede hacer bella poesía sobre pequeñas cosas,
pero no podemos remar en contra de nosotros mismos.
Eso transforma la vida en un infierno.
Disfruta del pánico que te provoca
tener la vida por delante.
Vívela intensamente,
sin mediocridad. Piensa que en ti está el futuro
y encara la tarea con orgullo y sin miedo.
Aprende de quienes puedan enseñarte.
Las experiencias de quienes nos precedieron
de nuestros "poetas muertos",
te ayudan a caminar por la vida
La sociedad de hoy somos nosotros:
Los "poetas vivos".
No permitas que la vida te pase a ti sin que la vivas ...

Whitman

sábado, 3 de enero de 2009

Obstáculos

Voy andando por un sendero.
Dejo que mis pies me lleven.
Mis ojos se posan en los árboles, en los pájaros, en las piedras. En el horizonte se recorte la silueta de una ciudad. Agudizo la mirada para distinguirla bien. Siento que la ciudad me atrae.
Sin saber cómo, me doy cuenta de que en esta ciudad puedo encontrar todo lo que deseo. Todas mis metas, mis objetivos y mis logros. Mis ambiciones y mis sueños están en esta ciudad.Lo que quiero conseguir, lo que necesito, lo que más me gustaría ser, aquello a lo cual aspiro, lo que intento, por lo que trabajo, lo que siempre ambicioné, aquello que sería el mayor de mis éxitos.
Me imagino que todo eso está en esa ciudad. Sin dudar, empiezo a caminar hacia ella. A poco de andar, el sendero se hace cuesta arriba. Siento que me canso un poco, pero no me importa.
Sigo. Diviso una sombra negra, más adelante, en el camino. Al acercarme, veo que una enorme zanja me impide mi paso. Temo... dudo.
Me enoja que mi meta no pueda conseguirse fácilmente. De todas maneras decido saltar la zanja. Retrocedo, tomo impulso y salto... Consigo pasarla. Me repongo y sigo caminando.
Unos metros más adelante, aparece otra zanja. Vuelvo a tomar carrera y también la salto. Corro hacia la ciudad: el camino parece despejado. Me sorprende un abismo que detiene mi camino.Me detengo. Imposible saltarlo
Veo que a un costado hay maderas, clavos y herramientas. Me doy cuenta de que está allí para construir un puente. Nunca he sido hábil con mis manos... Pienso en renunciar. Miro la meta que deseo... y resisto.
Empiezo a construir el puente. Pasan horas, o días, o meses. El puente está hecho. Emocionado, lo cruzo. Y al llegar al otro lado... descubro el muro. Un gigantesco muro frío y húmedo rodea la ciudad de mis sueños...
Me siento abatido... Busco la manera de esquivarlo. No hay caso. Debo escalarlo. La ciudad está tan cerca... No dejaré que el muro impida mi paso.
Me propongo trepar. Descanso unos minutos y tomo aire... De pronto veo, a un costado del camino un niño que me mira como si me conociera. Me sonríe con complicidad.
Me recuerda a mí mismo... cuando era niño.
Quizás por eso, me animo a expresar en voz alta mi queja: -¿Por qué tantos obstáculos entre mi objetivo y yo?
El niño se encoge de hombros y me contesta: -¿Por qué me lo preguntas a mí?
Los obstáculos no estaban antes de que tú llegaras... Los obstáculos los trajiste tú.

Autor: Jorge Bucay De: “Cuentos para pensar”