Reflexiones Jorge Bucay

viernes, 31 de octubre de 2008

Ama con todo el corazón... ¡y con la cabeza!

Por Ivón Álvarez

Emociones inteligentes
Frases como "nunca dejes de quererme", y otras que aunque consideremos cursis han formado parte de nuestras declaraciones de amor, no son las más sanas en una relación. Un amor completo necesita de la unión de tres elementos: Eros, Philia y Ágape

El Enamoramiento
Cuando estamos enamorados, nada nos parece cursi, a la mayoría nos parece romántico que nos digan "nunca dejes de quererme", "te amaré siempre" o "no me dejes", pero, realmente ¿qué significa esto en términos psicológicos?
Para los expertos estas no son declaraciones de amor, al menos, no las más sanas que pudieran escuchar.
Eso es lo que explica Walter Riso en su libro "Ama y no sufras", donde desglosa de manera sencilla cómo es que complicamos las relaciones. A partir de tres tipos de amor o niveles de amor (si lo queremos ver así): Eros; el amor que toma y se satisface (El enamoramiento), Philia; en el que se comparten sueños y proyectos (amor-amistad) y Ágape; el amor que da y se compadece, el que ve por el "otro".
"Para un amor completo, sano y gratificante, que nos acerque más a la tranquilidad que al sufrimiento, requiere la unión pondera de los tres elementos", asegura Riso.

El enamoramiento como "gancho"
Pero, qué difícil es parar "el momento" cuando conocemos a alguien y comienza ese coqueteo cómo parar para no caer en una especie de ceguera emocional.
Según la psicoterapeuta Margarita Hernández, quien pertenece a la Fundación México Unido, sí es posible hacer un alto a ese "momento" y preguntarnos si realmente nos conviene seguir explorando esa relación.
Margarita narró el caso de un estudiante, que estando muy enamorado de su novia la dejó. La razón es que la chica tenía problemas con su manera de beber, él tomó la decisión de dejarla, su frase fue: "no me conviene", parece egoísta, pero maduro.
Pongámoslo así, cuando Eros se instala en nosotros, pueden influir infinidad de factores para que nuestro pensamiento no se aparte de esa persona; alguna pérdida o abandono, necesidad de aprobación, dependencia afectiva o sexual, son sólo ejemplos. Walter Riso propone una especie de antídoto para el enamoramiento, reglas que te permitirán gozar este sentimiento sin sufrir:
  1. Ser realista. No magnificar lo bueno.
  2. No lo llenes todo de él o de ella. No abandones tus otras áreas de desempeño. No cambies tu ideología. Pon tus barreras sin dejar de disfrutar.
  3. Eros pierde su encanto (la pasión disminuye). Lo mejor es estar preparado, puedes profundizar las cosas en común (Philia).
  4. No pienses en él o en ella o en el enamoramiento todo el tiempo. (Es decir, mujeres, dejen de leer el horóscopo para ver si coinciden). Búscate un amigo aguafiestas.
  5. Si la relación exige sacrificio, no funciona.

Si no duele no sirve
Aunque lo anterior no suena fácil, pues a quién no le gusta pensar todo el día en aquello que nos hace sentir bien. Películas, programas de televisión libros y música giran en torno a este sentimiento, el amor es cultural. Además de que constantemente nos llega la información que si no duele no es amor, nada más erróneo. El problema no es amar a alguien, sino amar irracionalmente.

Toma tu distancia
Las relaciones sentimentales son complejas, Margarita Hernández habla claro sobre la dependencia afectiva: "Es como la imagen de MasterCard, pero imagínate que se unen el símbolo de lo masculino y lo femenino, tenemos que se da una total y absoluta dependencia. No podrán estar libres, pero llega un momento en el que la persona necesita un cierto espacio vital, existe sobre esto todo un estudio que se llama proxémica y, explica esta necesidad de espacio íntimo que los demás no pueden invadir. Pues emocionalmente pasa lo mismo, la persona que se siente invadida en ese espacio "vital", pues se echa para atrás
La persona dependiente, aquella que no puede decidir nada de lo que le conviene duda de sus decisiones, siente que debe complacer a esa persona, tiene pánico a ser criticada por su pareja".

Hacer un alto en el camino
Para tener la cabeza fría y no caer en patologías, necesitamos concienciar qué es lo que nos une a alguien; conocer lo que mueve a Eros.

Las mujeres buscan:

  • Equilibrio o estabilidad emocional con una sola pareja.
  • Estabilidad económica.
  • El instinto de la hembra le exige aparearse con el macho dominante porque: puede ayudarle a encontrar comida y proporcionará genes fuertes a su progenie.

    Los hombres son más simples, buscan:
  • Un ideal de belleza que se acerque a lo que ha recopilado a lo largo de su vida.
  • Alguien que cuide de él y de su progenie.

Atracción y antídoto
Si las mujeres están destinadas a competir en cuestiones de belleza y lo que más les importa e impacta de sí mismas es su imagen corporal, haz de esto un aliado, pero no dejes que se convierta en un arma de doble filo y caigas en el pecado de "abandonar" tu personalidad por agradar al otro sexo. He aquí un esquema de inmunidad para evitar esto:

  • Arréglate para ti (recuerda que siempre habrá alguien que estaría feliz de tenerte)
  • Haz concesiones; si a él le gusta la minifalda (aunque no esté de moda) sorpréndelo, siempre y cuando te sientas a gusto.
  • Exalta tus encantos. Los encantos que te dio al naturaleza son para mostrarlos, no es exhibicionismo es sensualismo. Ya verás que esto te levanta el ánimo.
  • Siéntete sexy, disfrútalo y explótalo.
  • Deja el orgullo a un lado y sé atrevida, no temas ser ridícula.
  • La belleza física no es determinante para la atracción sexual, esta tiene que ver más con el olor, sudor, tipo de piel, sabor de los besos, caricias, entre otras.
  • La manera en que llevas o mueves tu cuerpo es más importante que el cuerpo mismo.
  • Eres el conjunto vivo y armonizado de una infinidad de atributos que pueden enloquecer a cualquiera si te lo propones.


Eros, el caprichoso
Vayamos al punto en donde Eros se empieza a apagar, pues recordemos que la pasión necesita de misterio, factores estimulantes como el riesgo, lo desconocido y el reto.
Cuando comienza esta debacle (natural) en la pareja pueden pasar dos cosas; una, que al extinguirse la pasión se pierda el interés por ambas partes y que, durante el tiempo en que Eros estaba intacto, se iniciara una cercanía parecida a la amistad (Philia); esto puede hacer que permanezcan juntos.
Según Riso, Eros no puede mantener la misma intensidad, es caprichoso. Pero entonces, cómo elegir quién no nos hará daño, de quién nos enamoramos, quién no hará trizas nuestra autoestima. Hay que elegir bien con quién estar, es muy difícil, pero sí podemos pensar en una proyección con esa persona a corto plazo, ser selectivos. Esto no quiere decir que te desilusiones del amor, sino que no te enfermes de amor. Corazón +Prudencia = Felicidad

Entusiásmate pero no enloquezcas
Si no quieres sufrir, pregúntate en qué fallas y cómo puedes contrarrestar esta caída de Eros, tal vez incrementado Philia, el amor cariñoso, como dice Riso: "amor trabajado día a día", es el que se complace y alegra con la compañía del otro.
En "Ama y no sufras", Walter Riso asegura que esta empatía, sólo se logra con semejanza, es decir, cuando hay afinidades e intereses en común, para él no somos complemento, sino reflejo.
Una vez que en esta etapa se logra la confianza, la cual es la certeza de que no habrá daño (al menos consciente) de parte de la pareja, se llega a una especie de acuerdo tácito. Se ha vencido de alguna manera al caprichoso Eros.

Philia, la amistad amorosa que une
La Philia cura muchas manías de la pareja; es en esta etapa que te das cuenta si estás con la persona adecuada; si se divierten juntos, si se interesan por las mismas cosas, si se admiran, entonces van por buen camino.
Es imposible amar a quien no admiras, afirma Riso. Y aquí cabe una aclaración, pues la admiración de las mujeres suele borrar los defectos y comienza a justificar sus faltas como pareja. Por ello, es importante observar la relación un poco a distancia, evaluando, calificando sinceramente.

Philia, poco que ver con la elección de la pareja
A pesar de que deberíamos elegir a la pareja por una serie de características, incluidas las creencias y la forma de ser, Margarita Hernández comenta que si se le preguntara a la mayoría porqué eligió a su pareja, nos parecería superficial y hasta ridículo. Tal vez sea por esto que ninguna amistad (philia), por amorosa que sea, es totalmente desinteresada. Todos esperamos lo mismo que damos; fidelidad por fidelidad, afecto por afecto, si das sexo esperas sexo y si eres honesto esperas honestidad.

Ágape y el equilibrio de los elementos
La combinación inteligente de los tres elementos: Eros, Philia y Ágape, hacen una relación sólida y sobre todo saludable.
Pero qué difícil es llegar hoy en día a Ágape (el amor desinteresado). El tú, en primera instancia, cuando la forma en que funciona la sociedad es completamente egoísta.
"Sin Ágape, ninguna relación funciona, porque la insensibilidad, tarde o temprano, genera desamor". Ágape significa buen trato, miramiento, asistencia, esmero en el contacto físico. Ágape es el conjunto de caricias (emocionales y físicas) bien distribuidas.
"No sólo te deseo, no sólo me alegra tu compañía, sino que me nace cuidarte, con sosiego, sin obsesión, sin apego". Walter Riso.

Bibliografía: "Ama y no sufras", de Walter Riso, Grupo Editorial Norma, 2003.

lunes, 27 de octubre de 2008

Dependencia o libertad

He aquí un error que la mayoría de las personas cometen en sus relaciones con los demás: tratar de construirse un nido estable en el flujo constantemente móvil de la vida.

Piensa en alguien cuyo amor desees. ¿Quieres ser alguien importante para esa persona y significar algo especial en su vida? ¿Quieres que esa persona te ame y se preocupe por ti de una manera especial? Si es así, abre tus ojos y comprueba que estás cometiendo la necedad de invitar a otros a reservarte para sí mismos, a limitar tu libertad en su propio provecho, a controlar tu conducta, tu crecimiento y tu desarrollo de forma que éstos se acomoden a sus propios intereses. Es como si la otra persona te dijera: «Si quieres ser alguien especial para mí, debes aceptar mis condiciones, porque, en el momento en que dejes de responder a mis expectativas, dejarás de ser especial». ¿Quieres ser alguien especial para otra persona? Entonces has de pagar un precio en forma de pérdida de libertad. Deberás danzar al son de esa otra persona, del mismo modo que exiges que los demás dancen a tu propio son si desean ser para ti algo especial.

Párate por un momento a preguntarte si merece la pena pagar tanto por tan poco. Imagina que a esa persona, cuyo especial amor deseas, le dices: «Déjame ser yo mismo, tener mis propios pensamientos, satisfacer mis propios gustos, seguir mis propias inclinaciones, comportarme tal como yo decida que quiero hacerlo...» En el momento en que digas estas palabras, comprenderás que estás pidiendo lo imposible. Pretender ser especial para alguien significa, fundamentalmente, someterse a la obligación de hacerse grato a esa persona y, consiguientemente, perder la propia libertad. Tómate el tiempo que necesites para comprenderlo...
Tal vez ahora estés ya en condiciones de decir: «Prefiero mi libertad antes que tu amor». Si tuvieras que escoger entre tener compañía en la cárcel o andar libremente por el mundo en soledad, ¿Qué escogerías? Dile ahora a esa persona: «Te dejo que seas tú mismo/a, tener tus propios pensamientos, satisfacer tus propios gustos, seguir tus propias inclinaciones, comportarte tal como decidas que quieres hacerlo...» En el momento en que digas esto, observarás una de estas dos cosas: o bien tu corazón se resistirá a pronunciar esas palabras y te revelarás como la persona posesiva y explotadora que eres (con lo que será hora de que examines tu falsa creencia de que no puedes vivir o no puedes ser feliz sin esa otra persona), o bien tu corazón pronunciará dichas palabras sinceramente, y en ese mismo instante se esfumará todo tipo de control, de manipulación, de explotación, de posesividad, de envidia... « Te dejo que seas tu mismo: que tengas tus propios pensamientos, que satisfagas tus propios gustos, que sigas tus propias inclinaciones, que te comportes tal como decidas que quieres hacerlo...»
Y observarás también algo más: que la otra persona deja automáticamente de ser algo especial e importante para ti, pasando a ser importante del mismo modo que una puesta de sol o una sinfonía son hermosas en sí mismas, del mismo modo en que un árbol es especial en sí mismo y no por los frutos o la sombra que pueda ofrecerte. Compruébalo diciendo de nuevo «Te dejo que seas tu mismo...» Al decir estas palabras te has liberado a ti mismo. Ahora ya estás en condiciones de amar. Porque, cuando te aferras a alguien desesperadamente, lo que le ofreces a la otra persona no es amor, sino una cadena con la que ambos, tú y la persona amada, quedáis estrechamente atados. El amor sólo puede existir en libertad. El verdadero amante busca el bien de la persona amada, lo cual requiere especialmente la liberación de ésta respecto de aquél.
Anthony de Mello

Apegos, miedos y creencias

Se dice que el amor es ciego. Pero ¿Lo es de veras? De hecho, nada hay en el mundo tan clarividente como el amor. Lo que es ciego no es el amor, sino el apego: ese estado de obcecación que proviene de la falsa creencia de que algo o alguien te es del todo necesario para ser feliz. ¿Tienes algún apego de esa clase? ¿Hay cosas o personas sin las que, equivocadamente, creas que no puedes ser feliz? Haz una lista de ellas ahora mismo, antes de que pasemos a ver de qué manera exactamente te ciegan.

Imagínate a un político que está convencido de que no puede ser feliz si no alcanza el poder: la búsqueda del poder va a endurecer su sensibilidad para el resto de su vida. Apenas tiene tiempo para dedicarlo a su familia y a sus amigos. De pronto, ve a todos los seres humanos —y reacciona ante ellos— en función de la ayuda o la amenaza que puedan suponer para su ambición. Y los que no suponen ninguna de las dos cosas ni siquiera existen para él. Si, además de este ansia de poder, está apegado a otras cosas, como el sexo o el dinero, el pobre hombre será tan selectivo en sus percepciones que casi puede afirmarse que está ciego. Esto es algo que ve todo el mundo, excepto él mismo. Y es también lo que conduce al rechazo del Mesías, al rechazo de la verdad, la belleza y la bondad, porque uno se ha hecho ciego para percibirlas.

Imagínate ahora a ti mismo escuchando una orquesta cuyos timbales suenan tan fuerte que hacen que no se oiga nada más. Naturalmente, para disfrutar de una sinfonía tienes que poder oír cada uno de los instrumentos. Del mismo modo, para vivir en ese estado que llamamos «amor» tienes que ser sensible a la belleza y al carácter único de cada una de las cosas y personas que te rodean. Difícilmente podrás decir que amas aquello que ni siquiera ves; y si únicamente ves a unos cuantos seres, pero excluyes a otros, eso no es amor ni nada que se le parezca, porque el amor no excluye absolutamente a nadie, sino que abraza la vida entera: el amor escucha la sinfonía como un todo, y no únicamente tal o cual instrumento.

Detente ahora por unos instantes y observa cómo tus apegos —al igual que el apego del político al poder, o el del hombre de negocios al dinero— te impiden apreciar debidamente la sinfonía de la vida. O tal vez prefieras verlo de esta otra manera: existe una enorme cantidad de información que, procedente del mundo que te rodea, afluye hacia ti a través de los sentidos, los tejidos y los diversos órganos de tu cuerpo; pero tan sólo una pequeña parte de esa información consigue llegar a tu mente consciente. Es algo parecido a lo que ocurre con la inmensa cantidad de «feed-back» que se envía al Presidente de una nación: sólo una mínima parte de la misma llega hasta él, porque alguien de su entorno se encarga de filtrar y tamizar dicha información. ¿Quién decide, pues, lo que finalmente, de entre todo el material que te llega del mundo circundante, se abre camino hasta tu mente consciente? Hay tres «filtros» que actúan de manera determinante: tus apegos, tus creencias y tus miedos.

En primer lugar, tus apegos: inevitablemente, siempre prestarás atención a lo que favorece o pone en peligro dichos apegos, y fingirás no ver lo demás. Lo demás no te interesará más de cuanto pueda interesarle al avaro hombre de negocios cualquier cosa que no suponga hacer dinero. En segundo lugar, tus creencias: piensa por un momento en el individuo fanático que tan sólo se fija en aquello que confirma lo que él cree y apenas percibe cuanto pueda ponerlo en entredicho, y comprenderás lo que tus creencias suponen para ti. Finalmente, tus miedos: si supieras que ibas a ser ejecutado dentro de una semana, tu mente se centraría exclusivamente en ello y no podrías pensar en otra cosa. Esto es lo que hacen los miedos: fijar tu atención en determinadas cosas, excluyendo todas las demás. Piensas equivocadamente que tus miedos te protegen, que tus creencias te han hecho ser lo que eres y que tus apegos hacen de tu vida algo apasionante y firme. Y no ves, sin embargo, que todo ello constituye una especie de pantalla o filtro entre ti y la sinfonía de la vida.

Naturalmente, es del todo imposible ser plenamente consciente de todas y cada una de las notas de dicha sinfonía. Pero, si logras mantener tu espíritu libre de obstáculos y tus sentidos abiertos, comenzarás a percibir las cosas tal como realmente son y a establecer una interacción mutua con la realidad, y quedarás cautivado por la armonía del universo. Entonces comprenderás lo que es Dios, porque al fin habrás entendido lo que es el amor.

Míralo de este modo: tú ves a las personas y las cosas, no tal como ellas son, sino tal como eres tú. Si quieres verlas tal como ellas son, debes prestar atención a tus apegos y a los miedos que tales apegos engendran. Porque, cuando encaras la vida, son esos apegos y esos miedos los que deciden qué es lo que tienes que ver y lo que tienes que ignorar. Y sea cual sea lo que veas, ello va a absorber tu atención. Ahora bien, como tu mirar es selectivo, tienes una visión engañosa de las cosas y las personas que te rodean. Y cuanto más se prolongue esa visión deformada, tanto más te convencerás de que ésa es la verdadera imagen del mundo, porque tus apegos y tus miedos no dejan de procesar nuevos datos que refuercen dicha imagen. Esto es lo que da origen a tus creencias, las cuales no son sino formas fijas e inmutables de mirar una realidad que, de por sí, no es fija ni inmutable, sino móvil y en constante cambio. Así pues, el mundo con el que te relacionas y al que amas no es ya el mundo real, sino un mundo creado por tu propia mente. Sólo cuando consigas renunciar a tus creencias, a tus miedos y a los apegos que los originan, te verás libre de esa insensibilidad que te hace ser tan sordo y tan ciego para contigo mismo y para con el mundo.
Anthony de Mello

viernes, 24 de octubre de 2008

La llave de la fortuna

Marta Morris vive en Estados Unidos. Es escribana. Un día escuché un cuento que ella comenta de su vida personal.
Marta vivía en una casa en las afueras de Nueva York. Estaba por firmar un contrato muy importante con una empresa que le aseguraba su futuro, y había trabajado todo el fin de semana en ese contrato para que todo llegara a buen término. Ese día, como lo hacía habitualmente, despidió a sus hijos y a su esposo -que se iban a realizar sus tareas diarias-, agarró sus cosas y salió.
Cuando salió, se dio cuenta que se había olvidado el contrato dentro de la casa. Cuando se dio vuelta para abrir la puerta, se dio cuenta que se había olvidado las llaves adentro. El contrato y las llaves habían quedado adentro de la casa.
Desesperada porque no podía hacer firmar el contrato, empezó a forzar la puerta para ver si podía entrar. Estaba angustiada, ya que había trabajado durante años para llegar a ese momento, y ahora una puerta le interrumpía el paso.
Intentó forzar la puerta, hacer palanca...
Y no tuvo éxito. Tampoco había alguna ventana abierta por donde entrar.
Entonces, empezó a gritar. Llegó el cartero y le preguntó qué le pasaba. Marta Morris le contó toda la historia. Entonces, el cartero comenzó a ayudarla, pero no pudieron abrirla. La puerta no cedía.
- ¿Y su marido?, preguntó el cartero.
- Mi marido está en otra ciudad y no tengo como encontrarlo.
El cartero le preguntó si no tenía otra llave.
- Sí, mi vecino -contestó Marta- pero tuvo la mala idea de irse un fin de semana afuera.
El cartero le sugirió romper la puerta. Marta le dijo que no era conveniente, ya que ella debería irse y la casa quedaría abierta.
Entonces, el cartero le propuso ir a buscar a un cerrajero, pero Marta se opuso porque necesitaba abrir la puerta en ese mismo instante. Volvió a patear la puerta, pero no pudo abrirla.
Resignado, el cartero le dijo que lo lamentaba mucho, le dejó una carta y se fue.
Cuando el cartero se fue, Marta Morris volvió a patear la puerta, pero no se abrió. Lloró desesperada ante la imposibilidad.
Marta Morris se sentó en el escalón de la puerta de entrada y abrió la carta que le había dejado el cartero. Era de su hermana. Marta Morris se emocionó. La hermana le contaba en la carta lo bien que la había pasado el fin de semana con su familia.
"Te escribo esta carta para decirte que me sentí muy cómoda con tu familia... pero también para pedirte disculpas. Cuando estuve en tu casa, un día llegué más temprano y como no podía ingresar le pedí la llave a tu vecino. Y en un descuido me olvidé de devolverte la llave. Dentro del sobre te envío la llave que me olvidé de devolverte".
La historia de nuestra vida tiene que ver con la historia de Marta Morris: hasta cuándo vamos a golpear las puertas, hasta cuándo vamos a seguir llorando por aquellas puertas que no se abren???. Tenemos que empezar a confiar que la llave va venir a nosotros si dejamos de golpear!!!

(Texto que expuso Jorge Bucay en una conferencia realizada en la 27° Feria del Libro de Buenos
Aires)

jueves, 23 de octubre de 2008

Frases para tener en cuenta

"Sólo una cosa convierte en imposible un sueño: el miedo a fracasar."

"El miedo a sufrir es peor que el propio sufrimiento. Y ningún corazón sufrió jamás cuando fue en busca de sus sueños."

"La posibilidad de hacer realidad un sueño es justamente lo que vuelve la vida interesante."

"Seas quien fueres o lo que hagas, si deseas algo con firmeza, es porque ese deseo nació antes en el alma del Universo. Y es tu misión en la tierra."

"Cuando se ama, no es necesario entender todo lo que sucede allá afuera, porque todo sucede dentro de nosotros."

"Siempre existe en el mundo una persona que espera a otra, ya sea en el medio del desierto o en medio de una gran ciudad. Y cuando estas personas se cruzan y sus ojos se encuentran, todo el pasado y todo el futuro pierden completamente su importancia y sólo existe aquel momento."

"Es en el presente donde está el secreto; si prestas atención al presente podrás mejorarlo. Y si mejoras el presente, lo que sucederá después también será mejor".

"Cada día trae en sí la Eternidad."

Paulo Coelho

La alegoría del carruaje

Un día de octubre, una voz familiar en el teléfono me dice: -Salí a la calle que hay un regalo para vos. Entusiasmado, salgo a la vereda y me encuentro con el regalo. Es un precioso carruaje estacionado justo, justo frente a la puerta de mi casa. Es de madera de nogal lustrada, tiene herrajes de bronce y lámparas de cerámica blanca, todo muy fino, muy elegante, muy "chic". Abro la portezuela de la cabina y subo. Un gran asiento semicircular forrado en pana bordó y unos visillos de encaje blanco le dan un toque de realeza al cubículo. Me siento y me doy cuenta que todo está diseñado exclusivamente para mí, está calculado el largo de las piernas, el ancho del asiento, la altura del techo... todo es muy cómodo, y no hay lugar para nadie más.
Entonces miro por la ventana y veo "el paisaje": de un lado el frente de mi casa, del otro el frente de la casa de mi vecino... y digo: "¡Qué bárbaro este regalo! "¡Qué bien, qué lindo...!" Y me quedo un rato disfrutando de esa sensación.
Al rato empiezo a aburrirme; lo que se ve por la ventana es siempre lo mismo.
Me pregunto: "¿Cuánto tiempo uno puede ver las mismas cosas?" Y empiezo a convencerme de que el regalo que me hicieron no sirve para nada.
De eso me ando quejando en voz alta cuando pasa mi vecino que me dice, como adivinándome: -¿No te das cuenta que a este carruaje le falta algo?
Yo pongo cara de qué-le-falta mientras miro las alfombras y los tapizados.
-Le faltan los caballos - me dice antes de que llegue a preguntarle.
Por eso veo siempre lo mismo -pienso-, por eso me parece aburrido.
-Cierto - digo yo.
Entonces voy hasta el corralón de la estación y le ato dos caballos al carruaje. Me subo otra vez y desde adentro les grito:
-¡¡Eaaaaa!!
El paisaje se vuelve maravilloso, extraordinario, cambia permanentemente y eso me sorprende.
Sin embargo, al poco tiempo empiezo a sentir cierta vibración en el carruaje y a ver el comienzo de una rajadura en uno de los laterales.
Son los caballos que me conducen por caminos terribles; agarran todos los pozos, se suben a las veredas, me llevan por barrios peligrosos.
Me doy cuenta que yo no tengo ningún control de nada; los caballos me arrastran a donde ellos quieren. Al principio, ese derrotero era muy lindo, pero al final siento que es muy peligroso.
Comienzo a asustarme y a darme cuenta que esto tampoco sirve.
En ese momento veo a mi vecino que pasa por ahí cerca, en su auto. Lo insulto: -¡Qué me hizo!
Me grita:-¡Te falta el cochero!
-¡Ah! - digo yo.
Con gran dificultad y con su ayuda, sofreno los caballos y decido contratar un cochero. A los pocos días asume funciones. Es un hombre formal y circunspecto con cara de poco humor y mucho conocimiento.
Me parece que ahora sí estoy preparado para disfrutar verdaderamente del regalo que me hicieron. Me subo, me acomodo, asomo la cabeza y le indico al cochero a dónde ir.
Él conduce, él controla la situación, él decide la velocidad adecuada y elige la mejor ruta.
Yo... Yo disfruto el viaje.
"Hemos nacido, salido de nuestra casa y nos hemos encontrado con un regalo: nuestro cuerpo.
A poco de nacer nuestro cuerpo registró un deseo, una necesidad, un requerimiento instintivo, y se movió. Este carruaje no serviría para nada si no tuviera caballos; ellos son los deseos, las necesidades, las pulsiones y los afectos.
Todo va bien durante un tiempo, pero en algún momento empezamos a darnos cuenta que estos deseos nos llegaban por caminos un poco arriesgados y a veces peligrosos, y entonces tenemos necesidad de sofrenarlos. Aquí es donde aparece la figura del cochero: nuestra cabeza, nuestro intelecto, nuestra capacidad de pensar racionalmente.
El cochero sirve para evaluar el camino, la ruta. Pero quienes realmente tiran del carruaje son tus caballos.
No permitas que el cochero los descuide. Tienen que ser alimentados y protegidos, porque... ¿qué harías sin los caballos? ¿Qué sería de vos si fueras solamente cuerpo y cerebro? Si no tuvieras ningún deseo, ¿cómo sería la vida? Sería como la de esa gente que va por el mundo sin contacto con sus emociones, dejando que solamente su cerebro empuje el carruaje. Obviamente tampoco podés descuidar el carruaje, porque tiene que durar todo el proyecto. Y esto implicará reparar, cuidar, afinar lo que sea necesario para su mantenimiento. Si nadie lo cuida, el carruaje se rompe, y si se rompe se acabó el viaje..."
Jorge Bucay

domingo, 19 de octubre de 2008

Las alas del amor

Cuenta una vieja leyenda de los indios sioux que, una vez, hasta la tienda del viejo brujo de la tribu llegaron, tomados de la mano, Toro Bravo, el más valiente y honorable de los jóvenes guerreros, y Nube Alta, la hija del cacique y una de las más hermosas mujeres de la tribu.
-Nos amamos-empezó el joven.
-Y nos vamos a casar-dijo ella.
-Y nos queremos tanto que tenemos miedo.
-Queremos un hechizo, un conjuro, un talismán.
-Algo que nos garantice que podremos estar siempre juntos.
-Que nos asegure que estaremos uno al lado del otro hasta encontrar a Manitú en la muerte.
-Por favor-repitieron-,¿hay algo que podamos hacer?
El viejo los miró y se emocionó de verlos tan jóvenes, tan enamorados, tan anhelantes esperando su palabra.
-Hay algo…-dijo el viejo después de una larga pausa-. Pero no sé…es una tarea muy difícil y sacrificada.
-No importa-dijeron los dos.
-Lo que sea-ratificó Toro Bravo.
-Bien-dijo el brujo-, Nube Alta, ¿ves el monte al norte de nuestra aldea? Deberás escalarlo sola y sin más armas que una red y tus manos, y deberás cazar el halcón más hermoso y vigoroso del monte. Si lo atrapas, deberás traerlo aquí con vida el tercer día después de la luna llena. ¿Comprendiste? La joven asintió. en silencio.
-Y tú Toro Bravo-siguió el brujo-, deberás escalar la montaña del trueno y cuando llegues a la cima, encontrar la más bravía de todas las águilas y solamente con tus manos y una red deberás atraparla sin heridas y traerla ante mí, viva, el mismo día en que vendrá Nube Alta…Salgan ahora.
Los jóvenes se miraron con ternura y después de una fugaz sonrisa salieron a cumplir la misión encomendada, ella hacia el norte, él hacia el sur…El día establecido, frente a la tienda del brujo, los dos jóvenes esperaban con sendas bolsas de tela que contenían las aves solicitadas.
El viejo les pidió que con mucho cuidado las sacaran de las bolsas. Los jóvenes lo hicieron y expusieron ante la aprobación del viejo los pájaros cazados. Eran verdaderamente hermosos ejemplares, sin duda, lo mejor de su estirpe.-¿Volaban alto?-Preguntó el brujo.-Sí, sin dudas. Como lo pediste… ¿Y ahora?-preguntó el joven-. ¿los mataremos y beberemos el honor de su sangre?
-No-dijo el viejo.-Los cocinaremos y comeremos el valor en su carne-propuso la joven.
-No-repitió el viejo-. Hagan lo que les digo. Tomen las aves y átenlas entre sí por las patas con estas tiras de cuero…
Cuando las hayan anudado, suéltenlas y que vuelen libres.
El guerrero y la joven hicieron lo que se les pedía y soltaron los pájaros.
El águila y el halcón intentaron levantar vuelo pero sólo consiguieron revolcarse en el piso. Unos minutos después irritadas por la incapacidad, las aves arremetieron a picotazos entre sí hasta lastimarse.
-Éste es el conjuro. Jamás olviden lo que han visto. Son ustedes como un águila y un halcón; si se atan el uno al otro, aunque lo hagan por amor, no sólo vivirán arrastrándose, sino que además, tarde o temprano, empezarán a lastimarse uno al otro. Si quieren que el amor entre ustedes perdure, vuelen juntos pero jamás atados.
Jorge Bucay

Frases de Jorge Bucay

"El verdadero amor no es otra cosa que el deseo inevitable de ayudar al otro para que sea quien es".

"Porque nadie puede saber por ti. Nadie puede crecer por ti. Nadie puede buscar por ti. Nadie puede hacer por ti lo que tú mismo debes hacer. La existencia no admite representantes".

"La felicidad es la certeza de no sentirse perdido".

"No hay que morir por el otro, sino vivir para disfrutar juntos".

"El verdadero buscador crece y aprende, y descubre que siempre es el principal responsable de lo que sucede".

"Sólo si me siento valioso por ser como soy, puedo aceptarme, puedo ser auténtico, puedo ser verdadero".

"No somos responsables de las emociones, pero sí de lo que hacemos con las emociones".

"Hacer el amor implica una conexión con el amor que no se da todo el tiempo, ni siquiera entre dos personas que se aman".

"El amor es el regocijo por la sola existencia del otro".

viernes, 17 de octubre de 2008

Fragmento de "Camino del encuentro"

  • Es preciso tener fuerza para ser firme, pero es preciso tener coraje para ser gentil.
  • Es preciso tener fuerza para defenderse, pero es preciso tener coraje para bajar la guardia.
  • Es preciso tener fuerza para ganar una guerra, pero es preciso tener coraje para rendirse.
  • Es preciso tener fuerza para estar en lo cierto, pero es preciso coraje para tener duda.
  • Es preciso fuerza para mantenerse en forma, pero es preciso coraje para mantenerse en pie.
  • Es preciso tener fuerza para sentir el dolor de un amigo, pero es preciso coraje para sentir los propios dolores.
  • Es preciso tener fuerza para esconder los propios males, pero es preciso coraje para demostrarlos.
  • Es preciso tener fuerza para soportar el abuso, pero es preciso coraje para hacerlo parar.
  • Es preciso tener fuerza para quedarse solo, pero es preciso tener coraje para pedir apoyo.
  • Es preciso tener fuerza para amar, pero es preciso tener coraje para ser amado.
  • Es preciso tener fuerza para sobrevivir, pero es preciso coraje para vivir.

Jorge Bucay

¿De qué no hablo cuando hablo de amor?

No hablo de estar enamorado cuando hablo de amor, no hablo de sexo cuando hablo de amor, no hablo de emociones ni de placeres reservados para exquisitos... hablo de una emoción capaz de ser vivida por cualquiera, de sentimientos simples y verdaderos, de vivencias transcendentes pero no sobrehumanas, hablo del amor tan solo como querer mucho a alguien.
Pero qué estamos diciendo cuando decimos "Te quiero..."
Yo creo que decimos Me importa tu bienestar. Nada más ni nada menos. Cuando quiero a alguien me doy cuenta de la importancia que tiene para mi lo que hace, lo que le gusta y lo que le duele...
Te quiero significa pues... me importa de vos y te amo significa me importa muchísimo. Y tanto me importa que, cuando te amo, a veces priorizo tu bienestar por encima de otras cosas que también son importantes para mi.
Esta definición conducirá a la plena conciencia de dos hechos: no es verdad que te quieran mucho aquellos a quienes no les importa demasiado tu vida y no es verdad que no te quieran los que viven pendientes de lo que te pasa.
Repito: si de verdad me querés: "Te importa de mi !!"
Jorge Bucay

¿Qué hacer frente al abandono?

Pelear la vida. A regañadientes, a las malas, con las uñas, como quieras, pero no hay otra opción. Puedes sentarte a llorar tu mala suerte, a lamentarte de la “injusta” soledad, a sentir lástima por tu aporreado yo y autocompadecerte. O por el contrario, puedes levantar cabeza y aplicar una dosis de racionalidad a tu desajustado corazón.
Si te dejó, si se fue como un soplo, si no le importaste, si te hizo a un lado con tanta facilidad, si no valoró lo que le diste, si apenas le dolió tu dolor, si decidió estar sin tu presencia, ¿no será, y lo digo solo como hipótesis, que no te merece? Y si te dejó porque ya no te ama, porque se le agotaron los besos, y hasta la más simple de las caricias se le convirtió en tortura, ¿no será, y lo digo solo como hipótesis, que ya no te ama? ¿Y no será, que si fue cruel o se le terminó el amor, ya no tiene sentido insistir en resolver lo que ya está resuelto? ¿No será que hay que quemar las naves, cerrar el capítulo y dirigir la atención a otra parte? No se trata de no sufrir, sino de darle al sufrimiento un giro y elaborar el duelo (resignarse a la pérdida). No preocuparse por lo que podría haber sido y no fue, sino por que es. Lo curioso del despecho es que los que han sido abandonados, casi siempre terminan por autocastigarse: “Si la persona que amo no me quiere, no merezco el amor” o “Si la persona que dice quererme me deja, definitivamente no soy querible”. La consecuencia de esta manera de pensar es nefasta. El comportamiento se acopla a la distorsión y el sujeto intenta confirmar, mediante distintas sanciones, que no merece el amor. Veamos cuatro formas típicas de autocastigarse que utilizan los “abandonados”:
a. Estancamiento motivacional: “No merezco ser feliz, entonces elimino de mi vida todo lo que me produzca placer” (autocastigo motivacional)
b. Aislamiento afectivo: “No merezco a nadie que me quiera. Cuánto más me guste alguien, más lo alejo de mi lado” (autocastigo afectivo)
c. Reincidencia afectiva negativa: Buscar nuevas compañías similares a la persona que nos hizo o todavía nos hace sufrir (profecía autocastigante).
d. Promiscuidad autocastigadora: Entregarse al mejor postor, “prostituirse” socialmente o dejar que hagan de uno lo que quieran (autocastigo moral)
Me preguntó, ¿Y no será que de pronto no eres tan culpable como crees, y que no haya ni buenos ni malos, vencedores y vencidos? Ahora que te dejó, hay que comenzar a vivir de otra manera. Retomar lo bueno que tenías olvidado y arrancar. Todos somos capaces de recuperarnos del fracaso afectivo. Al principio duele hasta el alma, pero al cabo de un tiempo, si eliminamos el autocastigo, la mente empieza a reponerse. Piensa en las pérdidas que has tenido anteriormente en tu vida, y cómo ahora, no te producen ni rasquiña. Es muy probable que dentro de un tiempo, esta última decepción, la que ahora estás padeciendo, quede reducida a un recuerdo insípido y descolorido. Y mientras tanto, te toca sobrevivir. Evitar caer en los puntos a, b, c y d. Rodearte de amigos y amigas de verdad, porque la amistad cura. También puedes acceder a la vida espiritual que tenías abandonada, y no me refiero a encerrarte en un templo, sino revisar tu sentido de vida. Las crisis activan la autobservación y nos obligan a mirarnos desde una óptica nueva. Siempre habrá alguien, testarudo y persistente, que nos quiera a pesar de todo. A esta hora, en algún lugar de la ciudad, hay una persona desconocida que aún no conoces, dispuesta a contagiarte de amor, que pronto entrará a tu vida. Es solo cuestión de tiempo.
Walter Riso

Pensamientos Walter Riso

"Cuando eros está enardecido, las diferencias de género desaparecen: no somos de Marte ni de Venus, si no terráqueos apasionados, descompuestos de amor, colmados de deseo."

"Hay que habitar la incertidumbre y eliminar la ilusión de control que pregona la cultura. Vivir la incertidumbre sanamente es aceptar el juego de lo imprevisible, de ser proceso y no estado. Es bajar la cabeza y guardarse el ego en el bolsillo".

"Aquellas relaciones afectivas que se construyen con bajas dosis de realismo no son de buen pronóstico. La creencia en un amor interpersonal eterno, que crece y escala montañas, no es objetiva y con seguridad dañina."

"Mucha gente no busca la aventura, la encuentra y sucumbe. No están preparados para enfrentarla porque nunca imaginaron que les podría pasar a ellos."

"Hacer el amor con el mejor o la mejor amiga; ésa es la esencia de un amante feliz."
"La vida no se ha hecho solo para trabajar. Se trabaja para vivir, no lo contrario. La búsqueda del placer es una condición del ser humano. Forma parte de ti como algo natural. No es algo malo y sucio, primitivo y sórdido. Ser hedonista no es promulgar la vagancia, la irresponsabilidad o los vicios que atenten contra tu salud. Es vivir intensamente y ejercer el derecho a sentirse bien. Sería inhumano contigo mismo negarte esta posibilidad".

jueves, 16 de octubre de 2008

El verdadero valor del anillo

—Vengo, maestro, porque me siento tan poca cosa que no tengo fuerzas para hacer nada. Me dicen que no sirvo, que no hago nada bien, que soy torpe y bastante tonto. ¿Cómo puedo mejorar? ¿Qué puedo hacer para que me valoren más? El maestro, sin mirarlo, le dijo:
—Cuánto lo siento muchacho, no puedo ayudarte, debo resolver primero mi propio problema. Quizás después... –y haciendo una pausa agregó— Si quisieras ayudarme tú a mí, yo podría resolver este tema con más rapidez y después tal vez te pueda ayudar.
—E... encantado, maestro –titubeó el joven pero sintió que otra vez era desvalorizado y sus necesidades postergadas.
—Bien –asintió el maestro. Se quitó un anillo que llevaba en el dedo pequeño de la mano izquierda y dándoselo al muchacho, agregó –toma el caballo que está allí afuera y cabalga hasta el mercado. Debo vender este anillo porque tengo que pagar una deuda. Es necesario que obtengas por él la mayor suma posible, pero no aceptes menos de una moneda de oro. Vete antes y regresa con esa moneda lo más rápido que puedas.
El joven tomó el anillo y partió. Apenas llegó, empezó a ofrecer al anillo a los mercaderes. Estos lo miraban con algún interés, hasta que el joven decía lo que pretendía por el anillo.
Cuando el joven mencionaba la moneda de oro, algunos reían, otros le daban vuelta la cara y sólo un viejito fue tan amable como para tomarse la molestia de explicarle que una moneda de oro era muy valiosa para entregarla a cambio de un
anillo. En afán de ayudar, alguien le ofreció una moneda de plata y un cacharro de cobre, pero el joven tenía instrucciones de no aceptar menos de una moneda de oro, y rechazó la oferta.
Después de ofrecer su joya a toda persona que se cruzaba en el mercado –más de cien personas— y abatido por su fracaso, montó su caballo y regresó.
Cuánto hubiera deseado el joven tener él mismo esa moneda de oro. Podría entonces habérsela entregado al maestro para liberarlo de su preocupación y recibir entonces su consejo y ayuda.
Entró en la habitación.
—Maestro –dijo— lo siento, no es posible conseguir lo que me pediste. Quizás pudiera conseguir dos o tres monedas de plata, pero no creo que yo pueda engañar a nadie respecto del verdadero valor del anillo.
—Qué importante lo que dijiste, joven amigo –contestó
sonriente el maestro—. Debemos saber primero el verdadero valor del anillo. Vuelve a montar y vete al joyero. ¿Quién mejor que él, para saberlo? Dile que quisieras vender el anillo y pregúntale cuánto te da por él. Pero no importa lo que ofrezca, no se lo vendas. Vuelve aquí con mi anillo. El joven volvió a cabalgar.
El joyero examinó el anillo a la luz del candil, lo miró con su lupa, lo pesó y luego le dijo:
—Dile al maestro, muchacho, que si lo quiere vender ya, no puedo darle más que 58 monedas de oro por su anillo.
¡¿58 monedas?! –exclamó el joven.
—Sí –replicó el joyero— Yo sé que con tiempo podríamos obtener por él cerca de 70 monedas, pero no sé... Si la venta es urgente...
El joven corrió emocionado a casa del maestro a contarle
lo sucedido.
—Siéntate –dijo el maestro después de escucharlo—. Tú eres como este anillo: una joya, valiosa y única. Y como tal, sólo puede evaluarte verdaderamente un experto. ¿Qué haces por la vida pretendiendo que cualquiera descubra tu verdadero valor?
Y diciendo esto, volvió a ponerse el anillo en el dedo pequeño de su mano izquierda.
Jorge Bucay

miércoles, 15 de octubre de 2008

La libertades de la autoestima

  • Me concedo a mi mismo el permiso de estar y de ser quien soy en lugar de creer que debo esperar que otro determine donde debería estar o como debería ser.
  • Me concedo a mi mismo el permiso de sentir lo que siento en vez de sentir lo que otros sentirian en mi lugar.
  • Me concedo a mi mismo el permiso de pensar lo que pienso y también el derecho de decirlo si quiero o de callármelo si es que así me conviene.
  • Me concedo a mi mismo el permiso de correr los riesgos que yo decida correr con la única condición de aceptar pagar yo mismo los precios de esos riegos.
  • Me concedo a mi mismo el permiso de buscar lo que yo creo que necesito del mundo en lugar de esperar que alguien más me de el permiso para obtenerlo.

Jorge Bucay

Pareja ideal vs pareja real

Cuando las personas se encuentran con dificultades en la relación, tienden a culpar a su pareja. Ven claramente cual es el cambio que necesita hacer el otro para que la relación funcione, pero les es muy difícil ver que es lo que ellas hacen para generar los problemas, es muy común preguntarle a una persona en una sesión de pareja:
¿Que té pasa?
-Lo que me pasa es que él no entiende...
Y yo insisto:
¿Que te pasa a ti?
Y ella vuelve a contestar:
-Lo que me pasa es que él es muy agresivo.
¡Y yo sigo hasta el cansancio...! ¿Pero que sientes tú?¿Que té pasa a ti?
Y es muy difícil que la persona hable de lo que le esta pasando, de lo que esta necesitando o sintiendo. Todos quieren siempre hablar del otro.
Es muy diferente encarar los conflictos que surgen en una relación, con la actitud de revisar: "que me pasa a mí", que enfrentarlos con enojo, pensando que el problema es que estoy con la persona inadecuada.
Muchas parejas terminan separándose a partir de la creencia de que con "otro", sería distinto, y, por supuesto, se encuentran con relaciones similares, donde el cambio es sólo el interlocutor.
Por eso, frente a los desacuerdos vinculares, el primer punto es tomar conciencia de que las dificultades son parte integral del camino del amor. No podemos concebir una relación íntima sin conflictos.
La salida sería dejar de lado la fantasía de una pareja ideal, sin conflictos, enamorados permanentemente. Es sorprendente ver cómo la gente busca esta situación ideal.
...Y cuando el señor X sé da cuenta que su pareja no corresponde con ese modelo romántico, ideal y novelesco, insiste en decirse que otros sí tienen esa relación idílica que él está buscando, sólo que él tuvo mala suerte... porque se caso con la persona inadecuada. (?)
¡NO! No es así. No se caso con la persona inadecuada...
Lo único inadecuado es su idea previa sobre el matrimonio, la idea de la pareja perfecta.
En cierto modo me serena saber que esto que no tengo, no lo tiene nadie, que la pareja ideal es una idea de ficción y que la realidad es muy diferente.
El pensamiento de que el pasto del vecino es más verde o que el otro tiene eso que yo no alcanzo, parece generar mucho sufrimiento.
Quizá el aprender estas verdades pueda liberar a algunas personas de estos tóxicos sentimientos.
La realidad mejora cuando me decido a disfrutar lo posible, en lugar de sufrir porque una ilusión o una fantasía no se dan.
La propuesta es: "HAGAMOS CON LA VIDA POSIBLE... LO MEJOR POSIBLE..."
Sufrir porque las cosas no son como yo me las había imaginado, no sólo es inútil, sino que además es infantil.
Esta es pues la nueva propuesta, empezar a pensar la pareja desde otro lugar: desde el lugar de lo posible y no del ideal.
Por eso es que vamos a intentar ver los conflictos no sólo como un camino para superar mis barreras y poder acercarme así al otro, sino también como una forma de encontrarme con mi compañero, y por supuesto, a partir de lo dicho, como un camino para producir el transformador encuentro conmigo mismo.
Estar en pareja ayuda a nuestro crecimiento personal. La relación suma, por eso vale la pena.
Vale... la PENA (es decir, vale penar por ella). Vale el sufrimiento que genera; vale el dolor con el que tendremos que enfrentarnos, y es valioso porque cuando lo atravesamos, ya no somos los mismos, hemos crecido, somos más concientes, somos más plenos.

Jorge Bucay

Lo que es vivir

En primer lugar, vivir es más que respirar y menos que dormir. No me refiero a la vida biológica, sino a la psicológica. Vivir no es sobrevivir, ni tampoco desgastarse. Vivir es morir y completar el ciclo, así sea a los tumbos y al revés.
Una vida bien vivida tiene que ser reída, escrita y saboreada, algunos dicen que sembrada. Por eso los que viven bien, pasan desapercibidos, son livianos, ajenos, casi que deshabitados por la cultura, enraizados en sí mismos y con ese singular candor que los identifica.
Vivir no es darse la gran vida, sino sumar pequeñeces vividas descaradamente con la pasión de los que devoran sensaciones y saben sacarle el jugo a todo, pero sin secar nada.
Vivir no es trabajar, ni criar, ni sobresalir, ni fracasar, ni casarse, ni ser pobre o rico, ni hacer el amor, ni comer, ni gritar, ni jugar cartas, sino todo esto junto pero sazonado a gusto de uno, o sea del consumidor de vida.
Los que saben vivir dicen que la cosa es distinta, pero para bien, que no requiere mucho esfuerzo, más bien intención y ganas de decorar los días para que todos sean festivos.
¿Qué es vivir?: es ir contra el método, revolcarse en el asombro y hacer de lo espontáneo un corto circuito simpático para electrocutar a muchos, sobre todo a los que amamos.
Vivir es cerrar los ojos sin quedarse ciego y mirar sin deslumbrarse. Es ser testigo de excepción y no jurar en falso, o si se hace, saber cruzar los dedos y pedir perdón anticipado.
Un día en un parque donde las palomas y los patos convivían en paz, pude ver a un niño que le preguntó a un anciano: Abuelo, ¿qué es vivir?, y el hombre contestó: Es hacer lo que estás haciendo. Entonces el niño se miró a sí mismo, echó un vistazo alrededor y concluyó: vivir es fácil.
No se qué es exactamente vivir. Quizás sea una cúmulo de impresiones dispersas tratando de organizarse a sí mismas buscando un sentido, o a lo mejor no es otra cosa que consumirse como una piedra, pero no creo, sé que soy más que una roca aunque menos que un amanecer.
De pronto vivir sea algo tal elemental, que por elemental, nos pase desapercibido, como un suspiro o esa fragancia amigable que a veces nos persigue y no podemos precisar.
Si vivir es acumular experiencias para después desecharlas, tal vez sea mejor vivir con amnesia permanente y ver cada cosa como si fuera la primera vez y la última.

Walter Riso

Para ti Gabriel

Por muy loco que parezca
A cada instante
Resplandece tu mirada
Alumbra tu sonrisa mi vida y
Teniendo en mi pensamiento
Iluminando el recuerdo del primer encuentro
Ganas de volverlo a repetirlo
Ahora sin prisa
Besando hasta el ultimo
Rincón de tu piel
Incomodando complejos para mandarlos lejos
Es solo un sueño, lo se, pero de verdad
Lo deseo

Flor (2007)

martes, 14 de octubre de 2008

Contrato conyugal. Más alla del amor.

"La pareja no es un estado inmutable de dos personas que no cambian. Es más bien un viaje por un camino elevado psicológica y espritualmente que comienza con la pasión del enamoramiento, vaga a través del escarpado trecho de descubrirse y culmina en la creación de una unión íntima, divertida y trascendente, capaz de renovarse en la reelección mutua, una y otra vez, durante toda la vida"
Jorge Bucay de El camino del Encuentro
1- Definición: El matrimonio es un compromiso afectivo, espiritual y social pensado para proyectar, compartir y disfrutar, en un marco seguro y transcendente.
2- Duración: El contrato se firma para toda la vida, pero el pacto debe ser renovado cada cinco años, debiendo renegociar los términos. Si no hubiera acuerdo de un nuevo contrato, este convenio expira.
3- Propiedad: Las partes acuerdan definitivamente no considerar al otro como parte de sus propiedades. Se entiende que mi esposa, mi marido o mi pareja son términos coloquiales que no implican dominio.
4- Vida en común: La mayor parte del tiempo habitarán juntos. Las tareas serán compartidas. Los dos se abstendrán de regañar al cónyuge, aunque cada uno puede recordar al otro sus responsabilidades con tacto y delicadeza. Cada uno lavará su propia ropa interior.
5- Dinero: Marido y mujer compartirán a partes iguales la responsabilidad e los gastos, cada uno conservará su cuenta bancaria y abrirán una compartida para el proyecto en común. Si en la división de tareas uno de los dos generara mas dinero que el otro, el ingreso será de todos modos compartido, disponiendo cada uno del dinero que necesite. Ambos evitarán decir al otro como y en que debe gastar el dinero.
6- Disputas: Los desacuerdos no serán considerados nefastos. Dado que se trata de dos individuos diferentes, se da por sentado que habrá desacuerdos. En esos caso la pareja encontrará el tiempo para buscar un acuerdo. Si no lo encontraran acordarán el desacuerdo. Si hace falta una decisión urgente, se dará prioridad a la decisión del mas capacitado o idóneo en el tema.
7- Peleas: Dado que los miembros son seres humanos y no máquinas, las disputas pueden generar discusiones y peleas. Las partes se comprometen a discutir sin faltarse el respeto ni psíquica ni físicamente.
8- Comunicación: Las partes se comprometen a estar siempre abiertas al diálogo. El tratará de hablar con ella aunque esté enfadado y ella tratará de no castigarlo a él restringiendo el contacto físico.
9- Sexo: Queda claramente establecido que la sexualidad de la pareja estará regulada únicamente por el deseo. Ninguno de los dos se sentirá obligado nunca a satisfacer los deseos del otro salvo que esto satisfaga sus propios deseos. A todos los demás efectos se establece que ninguna conducta sexual está prohibida, es sucia o pecaminosa si ambos acuerdan explorarla.
10- Fidelidad: La pareja puede pactar libremente esta regla optando entre cualquiera de las siguientes posibilidades: a) La relación sexual es excluyente. b) Podría haber otras relaciones pero sin compromiso afectivo. c) Cada uno decide libremente sobre sus relaciones extramaritales. En b) y en c) habría que acordar si estas otras experiencias deben contarse o deben ocultarse. Cualquiera sea la opción, derechos y obligaciones serán idénticas para los dos.
11- Niños: La pareja tendrá hijos solo en caso de que ambos deseen tenerlos (y en el momento en que ambos coincidan en el deseo). Mientras tanto, los dos acuerdan que un aborto sería una decisión hiriente y por lo tanto será responsabilidad de ambos evitar un embarazo no deseado.
12- Familias: Cada uno tendrá con su familia de origen las relaciones que crea conveniente y aceptará la actitud que el otro tenga con ellos. Esto incluirá el derecho de cada uno de no dejarse presionar por sus suegros.
13- Amigos: Cada uno conservará sus amigos y amigas. No es imprescindible acordar ni hacer amistad con los amigos del otro, ni tampoco incluir los propios a la pareja.
14- Control: Cada uno renuncia expresamente a ejercer control sobre el tiempo, el aspecto, el cuerpo, los gustos y la forma de actuar del otro. Cada uno se hará responsable de sus acciones y de las acciones decididas en conjunto, pero no de las decisiones individuales del otro.
15- Divorcio: Cualquiera de los dos puede querer divorciarse cuando sienta que lo que han proyectado juntos ha perdido vigencia. El otro no se opondrá. Si existieran hijos menores, la pareja acuerda agotar los recursos para salvar el vínculo y proteger a los niños. Respecto de los bienes se acuerda que todo lo adquirido durante la vida en común será repartido y todo lo personal será conservado por cada uno.
16- De forma: Estos artículos podrán ser revisados a solicitud de cualquiera de los dos y modificados con el acuerdo de ambas partes. Violar alguna de estas cláusulas se considera suficiente causa para la ruptura del contrato y el infractor soportará como única pena el pleno derecho de su cónyuge de abandonar el vínculo.
17- Firma del contrato: El presente contrato no tiene ninguna validez jurídica, civil ni comercial. Es de uso exclusivamente privado y no puede ser esgrimido como argumento en un litigio. Para dejar esto claramente establecido debe ser firmado con la mano izquierda, sin ceremonia ni testigos.
Jorge Bucay

Informe sobre caricias

La caricia es un lenguaje
si tus caricias me hablan
no quisiera que se callen

La caricia no es la copia

de otra caricia lejana
es una nueva versión
casi siempre mejorada

Es la fiesta de la piel

la caricia mientras dura
y cuando se aleja deja
sin amparo a la lujuria

Las caricias de los sueños

que son prodigio y encanto
adolecen de un defecto
no tienen tacto

como aventura y enigma

la caricia empieza antes
de convertirse en caricia

Es claro que lo mejor

no es la caricia en sí misma
sino su continuación.

Mario Benedetti

No te salves

No te quedes inmóvil
al borde del camino
no congeles el júbilo
no quieras con desgana
no te salves ahora
ni nunca
no te salves
no te llenes de calma
no reserves del mundo
sólo un rincón tranquilo
no dejes caer los párpados
pesados como juicios
no te quedes sin labios
no te duermas sin sueño
no te pienses sin sangre
no te juzgues sin tiempo
pero sipese a todo
no puedes evitarlo
y congelas el júbilo
y quieres con desgana
y te salvas ahora
y te llenas de calma
y reservas del mundo
sólo un rincón tranquilo
y dejas caer los párpados
pesados como juicios
y te secas sin labios
y te duermes sin sueño
y te piensas sin sangre
y te juzgas sin tiempo
y te quedas inmóvil
al borde del camino
y te salvasentonces
no te quedes conmigo.

Mario Benedetti

Lecciones de vida

Cuando uno de los miembros de la pareja deja de amar y decide alejarse, hay una persona que siente un gran dolor y que siente el peso de la pérdida de una manera diferente.
Esta persona es la que sigue amando, la que no puede comprender o que si bien comprende lo que sucede, no lo entiende o se niega a entenderlo.
De pronto debe asumir su vida, su pena, y elaborar el duelo.
Es ahí cuando empezamos a comprender que a veces no podemos tener todo lo que queremos, y que la vida, o el mundo no era como lo imaginamos.
Soñamos con una vida en pareja
, siempre sintiéndonos amados y amando, en terminar nuestra vida al lado de la persona amada, y así, de sueño en sueño, un día nos despertamos ante esa realidad:Ya no nos aman.
Nos llenamos de preguntas sin respuestas: ¿Por qué? ¿Cuándo?
Amar implica correr ese riesgo y cuando se ama de verdad se sufre. Ante la pérdida debemos tratar de elaborar el duelo, y poco a poco, lograr separarnos de lo que ya no está.
Si no aprendemos a soltar, si no dejamos ir, si el apego puede más que nosotros y nos quedamos ahí atados, pegados a esos sueños, a esas fantasías, a esas ilusiones, el dolor crecerá sin parar y día a día nuestra tristeza y nuestro sufrimiento, serán los compañeros de ruta, de una ruta hacia la depresión, la falta de incentivo, la falta de vida.
Cuesta soltar aquello que amamos, duele sentir que ya no somos amados pero en ese dolor, estamos creciendo y madurando y si aprendemos a soltar, estamos dejando atrás una parte de nuestra historia y empezamos a abrirnos a lo diferente, a lo desconocido.
Dejar ir: Esa es la clave, no es fácil, no es simple, duele... y como dice Bucay
" A mi me parece que la vivencia normal de una pérdida tiene que ver justamente con animarse a vivir los duelos, con permitirse padecer el dolor como parte del camino. Y digo dolor y no el sufrimiento, porque sufrir es resignarse a quedarse amorosamente apegado a la pena...
Quiero poder abrir la mano y soltar lo que hoy ya no está, lo que hoy ya no sirve, lo que hoy no es para mí, lo que hoy no me pertenece.
No quiero retenerte, no quiero que te quedes conmigo porque yo no te dejo ir. No quiero que hagas nada para quedarte más allá de lo que quieras. Mientras yo deje la puerta abierta voy a saber que estás acá porque te quieres quedar, porque si te quisieras ir ya te habrías ido..."
Jorge Bucay

Poema de Jorge Bucay para su hija Claudia

Antes de morir, hija mía…
Quisiera estar seguro de haberte enseñado a disfrutar del amor
A enfrentar tus miedos y confiar en tu fuerza
A entusiasmarte con la vida
A pedir ayuda cuando la necesites
A decir o callar según tu conveniencia
A ser amiga de ti misma
A no tenerle miedo al ridículo
A darte cuenta de lo mucho que mereces ser querida
A tomar tus propias decisiones
A quedarte con el crédito por tus logros
A superar la adicción a la aprobación de los demás
A no hacerte cargo de las responsabilidades de todos
A ser consiente de tus sentimientos y actuar en consecuencia
A dar porque quieres y nunca porque estás obligada a hacerlo
Antes de morir, hija mía…
Quisiera estar seguro de haberte enseñado a exigir
que se te pague adecuadamente por tu trabajo
A aceptar tus limitaciones y vulnerabilidades sin enojo
A no imponer tu criterio ni permitir que te impongan el de otros
A decir que sí solo cuando quieras y a decir que no sin culpas
A tomar más riesgos
A aceptar el cambio y revisar tus creencias
A tratar y exigir ser tratada con respeto
A allanar primero tu culpa y recién después la de los demás
A planear el futuro sin intentar vivir en función de el
Quisiera hija mía…
Estar seguro que has aprendido a valorar tu intuición
Que celebras la diferencia entre los sexos
Que haces de la comprensión y el perdón tus prioridades
Que te aceptas así, tal como eres
Que creces aprendiendo de los desencuentros y de los fracasos
Que te permitas reír a carcajadas por la calle sin ninguna razón
Pero sobre todo, hija mía…
Porque te amo más que a nadie en el mundo
Quisiera estar seguro de haberte enseñado
A no idolatrar a nadie
Y a mí, menos que a nadie

La gente que me gusta

Me gusta la gente que vibra, que no hay que empujarla, que no hay que decirle que haga las cosas, sino que sabe lo que hay que hacer y que lo hace.
Me gusta la gente con capacidad para medir las consecuencias de sus acciones, la gente que no deja las soluciones al azar.
Me gusta la gente justa con su gente y consigo misma, pero que no pierda de vista que somos humanos y nos podemos equivocar.
Me gusta la gente que piensa que el trabajo en equipo entre amigos, produce más que los caóticos esfuerzos individuales.
Me gusta la gente que sabe la importancia de la alegría.
Me gusta la gente sincera y franca, capaz de oponerse con argumentos serenos y razonables a las decisiones de un jefe.
Me gusta la gente de criterio, la que no traga entero, la que no se avergüenza de reconocer que no sabe algo o que se equivocó.
Me gusta la gente que, al aceptar sus errores, se esfuerza genuinamente por no volver a cometerlos.
Me gusta la gente capaz de criticarme constructivamente y de frente, a éstos les llamo mis amigos.
Me gusta la gente fiel y persistente, que no desfallece cuando de alcanzar objetivos e ideas se trata.
Con gente como ésa, me comprometo a lo que sea, ya que con haber tenido esa gente a mi lado me doy por bien retribuido.

Mario Benedetti

¿Cómo crecer?

Un rey fue hasta su jardín y descubrió que sus árboles, arbustos y flores se estaban muriendo. El Roble le dijo que se moría porque no podía ser tan alto como el Pino. Volviéndose al Pino, lo halló caído porque no podía dar uvas como la Vid. Y la Vid se moría porque no podía florecer como la Rosa. La Rosa lloraba porque no podía ser alta y sólida como el Roble. Entonces encontró una planta, una fresia, floreciendo y más fresca que nunca.
El rey preguntó: ¿Cómo es que creces saludable en medio de este jardín mustio y sombrío? No lo sé. Quizás sea porque siempre supuse que cuando me plantaste, querías fresias. Si hubieras querido un Roble o una Rosa, los habrías plantado. En
aquel momento me dije: "Intentaré ser Fresia de la mejor manera que pueda".
Ahora es tu turno. Estás aquí para contribuir con tu fragancia. Simplemente mirate a vos mismo. No hay posibilidad de que seas otra persona. Podes disfrutarlo y florecer regado


De Jorge Bucay en "26 cuentos para pensar"

Amarse con los ojos abiertos

“Quizás la expectativa de felicidad instantánea que solemos endilgarle al vínculo de pareja, este deseo de exultancia, se deba a un estiramiento ilusorio del instante de enamoramiento. Cuando uno se enamora en realidad no ve al otro en su totalidad, sino que el otro funciona como una pantalla donde el enamorado proyecta sus aspectos idealizados.
Los sentimientos, a diferencia de las pasiones, son más duraderos y están anclados a la percepción de la realidad externa. La construcción del amor empieza cuando puedo ver al que tengo enfrente, cuando descubro al otro. Es allí cuando el amor reemplaza al enamoramiento.
Pasado ese momento inicial comienzan a salir a la luz las peores partes mías que también proyecto en él. Amar a alguien es el desafío de deshacer aquellas proyecciones para relacionarse verdaderamente con el otro. Este proceso no es fácil, pero es una de las cosas más hermosas que ocurren o que ayudamos a que ocurran.
Hablamos del amor en el sentido de “que nos importa el bienestar del otro”. Nada más y nada menos. El amor como el bienestar que invade cuerpo y alma y que se afianza cuando puedo ver al otro sin querer cambiarlo. Más importante que la manera de ser del otro, importa el bienestar que siento a su lado y su bienestar al lado mío. El placer de estar con alguien que se ocupa de que uno esté bien, que percibe lo que necesitamos y disfruta al dárnoslo, eso hace al amor.
Una pareja es más que una decisión, es algo que ocurre cuando nos sentimos unidos a otro de una manera diferente. Podría decir que desde el placer de estar con otro tomamos la decisión de compartir gran parte de nuestra vida con esa persona y descubrimos el gusto de estar juntos. Aunque es necesario saber que encontrar un compañero de ruta no es suficiente; también hace falta que esa persona sea capaz de nutrirnos, como ya dijimos, que de hecho sea una eficaz ayuda en nuestro crecimiento personal.
Enamorarse es amar las coincidencias, y amar es enamorarse de las diferencias.”

De Jorge Bucay en “26 cuentos para pensar”.

Receta para preparar una vida feliz

De un año cualquiera, tome unos cuantos meses enteros límpielos de amargura, de rumores, de odios y de celos
hasta dejarlos tan limpios como le sea posible.
Corte cada mes en 30 o 31 partes. No intente cocinar toda la hornada del año junta, prepare solo una porción a la vez. Mezcle cada día. Una parte de coraje, una de trabajo, una de constancia y una de paciencia
Agregue partes iguales de esperanza, solidaridad, bondad y fidelidad.
Aromatice con una parte de oración, una de meditación y algunas buenas acciones.
Sazone la mezcla con bastante buen humor, un chorrito de inconsciencia y un toque de locura.
Viértalo en un gran recipiente untado de Amor y cocínelo con entusiasmo.
Decórelo con algunas sonrisas y sírvalo con calma, generosidad y alegría.

... y listo! A disfrutar del manjar...

Jorge Bucay

Galletitas

A una estación de trenes llega una tarde, una señora muy elegante. En la ventanilla le informan que el tren está retrasado y que tardará aproximadamente una hora en llegar a la estación.
Un poco fastidiada, la señora va al puesto de diarios y compra una revista, luego pasa al kiosco y compra un paquete de galletitas y una lata de gaseosa.
Preparada para la forzosa espera, se sienta en uno de los largos bancos del andén. Mientras hojea la revista, un joven se sienta a su lado y comienza a leer un diario. Imprevistamente la señora ve, por el rabillo del ojo, cómo el muchacho, sin decir una palabra, estira la mano, agarra el paquete de galletitas, lo abre y después de sacar una comienza a comérsela despreocupadamente.
La mujer está indignada. No está dispuesta a ser grosera, pero tampoco a hacer de cuenta que nada ha pasado; así que, con gesto ampuloso, toma el paquete y saca una galletita que exhibe frente al joven y se la come mirándolo fijamente.
Por toda respuesta, el joven sonríe... y toma otra galletita. La señora gime un poco, toma una nueva galletita y, con ostensibles señales de fastidio, se la come sosteniendo otra vez la mirada en el muchacho.
El diálogo de miradas y sonrisas continúa entre galleta y galleta. La señora cada vez más irritada, el muchacho cada vez más divertido. Finalmente, la señora se da cuenta de que en el paquete queda sólo la última galletita. " No podrá ser tan caradura", piensa, y se queda como congelada mirando alternativamente al joven y a las galletitas.
Con calma, el muchacho alarga la mano, toma la última galletita y, con mucha suavidad, la corta exactamente por la mitad. Con su sonrisa más amorosa le ofrece media a la señora.
- Gracias! - dice la mujer tomando con rudeza la media galletita.
- De nada - contesta el joven sonriendo angelical mientras come su mitad.
El tren llega.
Furiosa, la señora se levanta con sus cosas y sube al tren. Al arrancar, desde el vagón ve al muchacho todavía sentado en el banco del andén y piensa: "
Insolente".
Siente la boca reseca de ira. Abre la cartera para sacar la lata de gaseosa y se sorprende al encontrar, cerrado, su paquete de galletitas...
!Intacto!.


Jorge Bucay, El buscador TV

lunes, 13 de octubre de 2008

Solo por amor

SOLO POR AMOR
Cuentos para pensar - Jorge Bucay

Camino por mi camino. Mi camino es una ruta con un solo carril, el mío. A mi izquierda un muro eterno, separa mi camino del camino de alguien que transita a mi lado, del otro lado del muro. De vez en cuando en este muro hay un agujero, una ventana, una hendidura... y puedo mirar hacia el camino de mi vecino o vecina. Un día mientras camino, creo ver, del otro lado del muro, una figura que pasa a mi ritmo, en mi misma dirección. Miro esa figura: es una mujer, es hermosa. Ella también me ve. Me mira. La vuelvo a mirar. Le sonrío... y me sonríe. Un momento después ella sigue andando su camino y yo apuro la marcha porque espero ansiosamente la próxima oportunidad de cruzarme con esa mujer. En la próxima ventana me detengo un minuto. Cuando ella llega, nos miramos a través de la ventana. Parece tan encantada conmigo como yo con ella. Le digo por señas lo mucho que ella me agrada. Me contesta por señas. No sé si significan lo mismo que las mías, pero intuyo que ella entiende lo que quiero decirle. Siento que me quedaría un largo rato mirándola y dejándome mirar, pero sé que mi camino continúa... Me digo que más adelante en el camino, habrá seguramente una puerta y quizás pueda yo cruzar a encontrarme con ella. Nada da más certeza que el deseo, así que me apuro por encontrar la puerta que imagino. Empiezo a correr con la vista clavada en el muro. Un poco más adelante la puerta aparece. Allí está del otro lado, mi ahora deseada y amada compañera, esperando, esperándome. Le hago un gesto, ella me devuelve un beso en el aire. Me hace una seña como llamándome. Es todo lo que necesito. Emprendo contra la puerta para reunirme con ella, de su lado del muro. La puerta es muy estrecha, paso una mano, paso el hombro, hundo un poco la panza, me retuerzo un poquito sobre mí mismo, casi consigo pasar mi cabeza pero mi oreja derecha se queda trabada. Empujo. No hay caso, no pasa. Y no puedo usar mi mano para torcerla, porque no podría poner ni un dedo allí... No hay espacio para pasar con mi oreja, así que, tomo una decisión... (Porque mi amada está allí, y me espera...). (Porque es la mujer que siempre soñé y me llama...) ... Saco una navaja de mi bolsillo y de un sólo tajo rápido, me animo a darme un corte en la oreja para que mi cabeza pase por la puerta. Y tengo éxito, mi cabeza consigue pasar... Pero después de mi cabeza, veo que es mi hombro el que queda trabado. La puerta, no tiene la forma de mi cuerpo. Hago fuerza, pero no hay remedio, mi mano y mi cuerpo han pasado, pero mi otro hombro y mi otro brazo no pasan... Ya nada me importa, así que... Retrocedo, y sin pensar en las consecuencias, tomo envión y fuerzo mi paso por la puerta. Al hacerlo, el golpe desarticula mi hombro y el brazo queda colgando como sin vida, pero ahora, afortunadamente, en una posición tal que no puedo atravezar la puerta... Ya casi... casi, estoy del otro lado. Justo cuando estoy a punto de terminar de pasar por la hendidura, me doy cuenta de que mi pie derecho se ha quedado enganchado del otro lado. Por mucho que fuerzo y me esfuerzo, no puedo pasarlo. No hay caso, la puerta es demasiado angosta para que mi cuerpo entero pase por ella. Demasiado angosta, no pasan mis dos pies... No lo dudo. Estoy ya casi al alcance de mi amada. No puedo echarme atrás... Así que, agarro el hacha, y apretando los dientes, doy el golpe y desprendo la pierna. Ensangrentado, a los saltos, apoyado en el hacha y con el brazo desarticulado, con una oreja y una pierna menos, me encuentro con mi amada. Le digo: - Aquí estoy. Por fin he pasado. Me miraste, te miré, me enamoré. He pagado todos los costos por ti... Todo vale en la guerra y el amor. No importan los sacrificios... valían la pena si eran para encontrarse contigo... para poder seguir juntos... juntos para siempre... Ella me mira, se le escapa una mueca y me dice: - Así no, así no quiero... A mí me gustabas cuando estabas entero.

14 pedidos de un hijo a un padre

14 pedidos de un hijo a su padre.

1.No me compares con nadie, especialmente con mi hermano o hermana.Si me haces quedar mejor que los demás, alguien va a sufrir; y si me haces lucir peor que los demás, seré yo quien sufra.
2.No me des sin medida, todo lo que te pida.A veces pido para saber hasta cuánto es razonable tomar.
3.No me grites.Te respeto menos cuando lo haces, y me enseñas a gritar a mí también, y yo no quiero perder el respeto por ninguno de los dos.
4.No estés siempre dando órdenes.Si en vez de órdenes, a veces me pidieras las cosas, yo lo haría más rápido y con más gusto.
5.Cumplí las promesas que hagas, buenas o malas.Si me prometes un premio, dámelo; si es una penitencia sostenla.
6.No digas mentiras delante de mí, ni me pidas que las diga por vos, ni siquiera para sacarte de un apuro.Me hace sentir mal y perder la fe en lo que decís.
7.No cambies de opinión tan a menudo sobre lo que debo hacer; decídete y mantén tu decisión.Porque si no viviré siempre pendiente del próximo cambio de idea.
8.Déjame valerme por mí mismo.Si lo haces todo por mí, nunca podré aprender.Por si lo olvidaste, sólo se aprende de los errores.
9.Cuando estés equivocado en algo, admítelo.Crecerá la opinión que yo tengo de vos y de paso me enseñarás a admitir también mis equivocaciones.
10.No me exijas que te diga “porqué lo hice” cuando hago algo que no está bien.A veces ni yo mismo lo sé.
11.Enséñame a amar y a darme la oportunidad de conocer a los otros.No importa si la vida me lo va a enseñar de todos modos; porque de nada vale si veo que vos no amas ni vivís en contacto con el prójimo.
12.No me digas que haga una cosa si vos no la haces.Yo aprendo siempre de lo que haces; pero me cuesta hacer lo que decís sin coherencia con tu propio actuar.
13.No me digas: “No tengo tiempo para tonterías” cuando te cuente un problema mío.“Eso no tiene importancia”.Trata de comprenderme y ayudarme.
14.Y sobre todo si es cierto que me quieres, dímelo de vez en cuando.A mí me gusta oírtelo decir, aunque vos no creas que sea necesario y aunque yo nunca te lo diga, porque por supuesto yo te amo con todo mi corazón.

Actitudes de la autoestima

Una buena autoestima se concreta en actitudes que ponemos en práctica cada día. Tener una buena autoestima es mostrarme capaz de…
Decir lo que pienso
Hacer lo que quiero
Insistir si me enfrento a la dificultad
No avergonzarme de renunciar
No dejarme llevar por las modas, que quieren hacerme creer que no estoy en la onda si no llevo una determinada marca o pienso de cierta manera.
Reír si se burlan de mi amablemente
Saber que sobreviviré a mis fracasos
Atreverme a decir “no”
Atreverme a decir “no lo se”
Seguir mi camino, aunque este solo
Concederme el derecho a ser feliz
Sentirme digno de ser amado
Soportar dejar de ser amado, aunque esto me haga infeliz de momento
Sentirme tranquilo conmigo mismo
Decir “tengo miedo” o soy “infeliz” sin sentirme avergonzado
Amar sin vigilar o ahogar al otro
Hacer lo que pueda para lograr mis deseos, pero sin someterme a presión
Concederme el derecho de fracasar
Pedir ayuda sin sentirme inferior
No avergonzarme ni hacerme daño si no estoy contento conmigo mismo
No envidiar el éxito o felicidad ajenos
Saber que sobreviviré a mis desgracias
Concederme el derecho a cambiar de opinión tras reflexionar
Demostrar sentido de humor respecto a mi mismo
Decir lo que tengo que decir, aunque tenga miedo
Extraer lecciones de mis errores
Ponerme el traje de baño aunque mi cuerpo no sea perfecto
Sentirme en paz con el pasado
No tener miedo al futuro
Descubrir que soy una persona, con sus virtudes y defectos.
Sentir que progreso y extraigo lecciones de la vida.
Aceptarme tal como soy hoy, sin renunciar a cambiar mañana
Y, por último, pensar en otras cosas aparte de en mi mismo.

20 pasos hacia adelante

20 PASOS HACIA DELANTE

1. Trabaje en conocerse: Si no se conoce, será imposible saber quién es, cómo actúa y hacerse responsable de ello. Conteste estas tres preguntas en orden: ¿quién soy?, ¿dónde voy? y ¿con quién? Y descúbrase a si mismo.
2. Decida su libertad: La libertad es la capacidad de elegir dentro de lo posible. Declararse libre es dar el paso hacia su autonomía y asumir el costo de sus decisiones, aunque sean equivocadas.
3. Aprenda a aprender con humildad: Nadie tiene el monopolio de la verdad. Anclado en su soberbia, nada puede serle explicado. El que no se baja del pedestal de creer que lo sabe todo, nada puede aprender de los demás
4. Ábrase al amor: No hay realización personal si no se es capaz de sentirse amado y amar a alguien intensa, comprometida y desinteresadamente. Es sentir verdadero interés por lo que les pasa a otros: su hijo, su madre, su pareja o su vecino.
5. Deje fluir la risa: Ponga una cuota de buen humor en su vida. Quiere decir, levantarnos contentos cada mañana a pesar de enfrentarnos a malas noticias. No olvidarse de sonreír a pesar de sus propias limitaciones, que ahora conoce y reconoce.
6. Aumente la capacidad de escuchar: Escuche con atención, y no solo oiga lo que le dice otra persona, sabiendo que se lo dice en ese momento específico y que se lo dice a usted.
7. Sea cordial siempre: Muestre su sonrisa interna al exterior y compártala generosamente. Contagie alegría a quienes la rodean y trate bien a todos.
8. Ordene lo interno y lo externo: Para llegar a un destino sin perder el rumbo hace falta priorizar lo importante sobre lo accesorio, privilegiar las grandes cosas sobre las menudencias
9. Transfórmese en un buen vendedor: Vender, en este caso, no significa ‘venderse’, sino hacer llegar al otro la mejor información de lo que soy y de lo bueno que hago
10. Elija buenas compañías: Respete lo que piensan los otros, pero acompáñese bien en la vida. Haga una lista de aquellos con quienes le gustaría estar. Elíjalos más con el corazón que con la cabeza.
11. Actualice lo que sabe: Hay que estar al día en lo que alguna vez supimos o dominamos, que no es lo mismo que aprender cosas nuevas. Si no lo hace, queda en la situación del que nada supo y nada sabe
12. Sea creativo: Debe pensar en alguna manera de hacer de lo suyo algo distinto, algo novedoso y algo único. Y ese es el campo de la creatividad. Esto lo diferenciará de los demás.
13. Aproveche el tiempo: Anímese a vivir el día de hoy sin reproches ni postergaciones. A vivir cada segundo que aparece, como un regalo en nuestra cuenta, cada día, en el banco del tiempo.
14. Evite adicciones y apegos: Es el lastre de lo que no sirve, la carga de lo que no es imprescindible, la tara de lo que no compensa llevar si se compara el esfuerzo que supone con el beneficio que ofrece
15. Corra solamente riesgos evaluados: Descarte las conductas cuyas consecuencias posibles no alcance a justificar el riesgo que se ha corrido o cuyo máximo beneficio no compense el daño al cual se expone


Jorge Bucay

Si pudiéramos...

Si pudiéramos no sacrificar nuestros propios espacios,
Que no son sino la magia del espacio compartido...
Si pudiéramos no intentar cambiar aquellas cosas,
Que fueron las que hicieron que nos acercáramos.
Si pudiéramos dejar de controlar lo que "nos amenaza",
En pos de falsos "ajustes”...
Si pudiéramos no desdibujar lo mas rico que vive en nosotros
Para vivir con otro.
Si para vivir con otro, no hubiera que desdibujar lo mas rico que vive en el...
Si pudiéramos comprendernos desde la piel
Sin dejar de ser piel...
Si pudiéramos dejarnos brillar
Sin hacernos sombra...
Si pudiera ser yo,
Simplemente queriendo estar contigo.
Si pudieras ser tú
Queriendo estar conmigo
Si supiéramos aceptar el desafió de amarnos
Y respetarnos libremente,
Tal vez
Seria hermoso vivir en pareja.

Cecilia Spangelberg

Lo que necesito de ti

No sabes como necesito tu voz;
necesito tus miradas
aquellas palabras que siempre me llenaban,
necesito tu paz interior;
necesito la luz de tus labios!!!
Ya no puedo... seguir así !!!...Ya... No puedo
mi mente no quiere pensar
no puede pensar nada más que en ti.

Necesito la flor de tus manos
aquella paciencia de todos tus actos
con aquella justicia que me inspiras
para lo que siempre fue mi espina
mi fuente de vida se ha secado
con la fuerza del olvido...me estoy quemando;
aquello que necesito ya lo he encontrado
pero aun !!!
Te sigo extrañando!!!

Mario Benedetti